A orillas de un estanque, decía un pato:
- ¿A qué animal dio el cielo los dones que me ha dado a mí? Soy de agua, de tierra y de aire; cuando me canso de andar, si se me antoja, vuelo; si se me antoja, nado.
Una serpiente astuta, que le estaba escuchando, le llamó con un silbido y le dijo:
- No hay que ser tan arrogante señor pato, pues ni anda como el ciervo, ni vuela como el halcón, ni nada como el pez; sepa que lo importante y raro no es entender de todo, sino ser diestro en algo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario