No tiene la menor importancia lo que puedas esconder o mostrar a tu semejante, porque tú sabes quién eres. Y si no te aceptas como eres, ni siquiera la más profunda enseñanza filosófica podrá tener efecto alguno. ¿Pero, quién eres tú? ¿Acaso eres consciente de que, en este momento te encuentras cercado por la eternidad, y puedes usar su energía a tu favor?
Partiendo del principio de que conoces tus limitaciones, conoce también todas tus posibilidades y podrás ser considerado un guerrero impecable. La diferencia entre un guerrero impecable y los otros es que aquel sabe cómo emplear su fuerza.
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