Cuando se trata de excusas, el mundo está lleno de inventores sorprendentes. No pases la mitad de tu vida diciendo lo que vas a hacer y la otra mitad explicando porqué no lo hiciste. Una excusa es la supuesta prueba de que hiciste lo que no hiciste, para que otros crean que hiciste lo que no hiciste.
Puedes fracasar muchas veces, pero no serás un fracasado hasta que comiences a culpar a otro. Tratas a otras personas correctamente cuando no las culpas por alguna cosa que está mal en ti. “Los mejores años de su vida son aquellos en los que decide que sus problemas le pertenecen. Usted no culpa a su madre, a la ecología o al presidente. Se da cuanta de que controla su propio destino.” (Albert Ellis).
Deberíamos vivir nuestras vidas como Florence Nightingale cuando dijo: “Yo atribuyo mi éxito a esto: Nunca di ni acepté una excusa”.
Si encuentras una excusa, no la recojas. Los fracasados son expertos en darlas. Siempre va haber suficientes excusas si eres lo suficientemente débil como para usarlas. El mundo simplemente no tiene suficientes muletas como para todas las excusas débiles. Siempre es más fácil encontrar excusas que tiempo para hacer las cosas que no queremos hacer.
Así que, busca una forma de hacer algo en lugar de buscar una excusa. No hay excusa para un ser humano lleno de excusas. Cuando alguien comete un error y luego busca una excusa para justificarlo, ha cometido dos errores. “El zorro le hecha la culpa a la trampa y no a sí mismo” (Blake). No hables como un viejo zorro.
Nunca te quejes ni des explicaciones. “Admitir errores deja el puntaje en cero, y prueba que usted es más sabio que antes” (Arthur Giterman). Siempre es más fácil hacer una tarea correctamente que tener que fabricar una excusa por no haberla hecho. El tiempo que se desperdicia pensando en excusas sería mucho mejor emplearlo orando, preparándose y trabajando con sus metas en la vida.
John Mason
VÍA ELIXIRES PARA EL ALMA
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