Si juzgar a los demás se convierte en un hábito, no podremos evitar juzgarnos también a nosotros mismos y sentirnos culpables. Y si tenemos la creencia de que a cada culpa le corresponde un castigo, modificaremos nuestra realidad (de manera inconsciente) para recibir efectivamente ese castigo, el que nos llegará en la forma de problemas, conflictos o fracasos.
VÍA AMARSE A UNO MISMO
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