No existe tal cosa como la espiritualidad de medio tiempo. Cada momento es un momento espiritual. Cada cosa, cada momento, cada respiro que tomamos tiene el único propósito de perfeccionar nuestras almas.
No digo que debemos dejar de participar, formar parte de este mundo físico. Para nada. Sólo digo que nuestra meta debe ser alcanzar esa perfección, mientras que todo lo demás es solamente el medio por el cual podemos alcanzar esa meta.
Yehudá Berg
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