Es muy bonito escuchar que nos hablen de amor, de luz, de bienestar…, pero esas palabras no pueden hacer mella en nosotros cuando estamos librando una gran batalla en nuestro interior. Hasta que no seamos capaces de sentarnos en nuestro centro del huracán o conflicto, hasta que no abracemos la oscuridad de una vez por todas, no podremos vivenciar ese sentimiento real de unicidad.
©Luhema
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