Normalmente a lo largo de todo el día ocurren situaciones en las que por cualquier conflicto o circunstancia en un entorno determinado, nos podemos ir cargado de energía negativa. Esa energía negativa se queda acumulada en nuestro cuerpo.
Cuando estamos con personas que no conocemos o no tenemos la suficiente confianza para mostrar nuestro pequeño lado oscuro, seguimos manteniendo encerrada esa energía negativa.
En el momento que estemos con un familiar o un amigo con el cual tenemos mucha confianza. Puede ocurrir que un pequeño gesto o palabra incluso un sonido puede desatarse esa energía que habías acumulado durante un determinado tiempo contra la otra persona.
Muchas veces no somos conscientes de que estamos atacando a alguien, y nos quedamos atónitos cuando vemos que la otra persona de repente empieza sin ningún motivo a atacarnos.
Cualquier cosa que digamos a alguien con rencor, nerviosismo, una simple elevación de voz, cualquier tipo agitación puede provocar un contrataque de la otra persona hacia ti.
Los japoneses dan mucha importancia a las palabras. Para ellos las palabras tienen mucho poder. Una palabra dicha en un momento inoportuno o que pueda provocar que la otra persona se sienta atacada, es lo único que se necesita para crear una situación de tensión y provocar un conflicto.
Simplemente si empiezas a ser consciente de estas situaciones, conseguirás darte cuenta en que momento y circunstancias son provocadas e irán poco a poco desapareciendo de tu vida.
En los conflictos familiares lo mejor es intentar sentarse a dialogar, y muchas veces, no vasta con una sola vez. Ya que será difícil evitar los reproches que surgirán por ambas partes. Habrá que sentarse una y otra vez, hasta que quede finalmente zanjado el conflicto.
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