¿Cómo puedo buscar la unión con Dios?, preguntó una mañana un discípulo al maestro.
- Cuanto más te esfuerces en buscarla, mayor distancia pondrás entre él y tú.
- Pero entonces, ¿cómo solucionamos precisamente el problema de la distancia?
- Comprendiendo que no existe.
- ¿Quiere eso decir que Dios y yo somos una sola cosa?
- Ni una, ni dos.
- ¿Cómo es posible eso?
- El sol y su luz, el océano y la ola, el cantante y su canción… Ni una cosa ni dos.
Referencia: Pedro Valentín-Gamazo Valle
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