Cuando estamos quietos, nos damos cuenta de que alguien (o algo) está intentando enseñarnos. Siempre que conseguimos parar nuestro diálogo interior, algo extraordinario termina sucediendo en nuestras vidas. Descubrimos cosas que jamás pensamos conscientemente, pero que están allí, listas para ayudarnos.
Sin embargo, lo difícil es precisamente alcanzar este silencio; nuestra cabeza vive ocupada con música, listas, cosas que hacer, preocupaciones, noticias de los periódicos, cálculos matemáticos sobre nuestras posibilidades financieras.
Si conseguimos detener este flujo inútil de reflexiones que no nos llevan a ninguna parte, todo es posible.
PAULO COELHO

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