sábado, 31 de marzo de 2012

Pequeñas cosas que controlan el universo...☼



Tenemos que identificar los hábitos que son adecuados para ampliarlos y multiplicarlos, pero también debemos saber cuáles son los inconvenientes para erradicarlos y evitarlos.

Las conductas equivocadas afectan las leyes físicas y morales del ser humano, rebajan sus posibilidades como cuando un soldado baja sus defensas y es vulnerable a una avalancha de problemas que le afectarán tanto como a sus compañeros de lucha.

Tomar hábitos errados viene a ser como ingerir medicinas confundidas, como abordar tren a falso destino, como pifiar la vocación.

La esfera personal se mide de acuerdo a los hábitos usados en el diario acontecer. Esta esfera se expande cuando nuestras rutinas son ennoblecedoras y puras, es decir, en la medida en que tengamos más y mejores costumbres, superior será la apreciación propia y externa de tu carácter.

Recordemos el cuento del loro que a todo le respondía al imitar lo mismo, sin importar si eran voces o ruidos: si pasaba alguien silbando, el loro silbaba; si cantaban, igual él lo hacía. Fue así que en cierta ocasión un par de ebrios se estacionaron cerca del lugar y aludiendo a la marca de un güisqui repetían: “Mañana seguiremos tomando Jack Daniels”, “mañana seguiremos tomando Jack”. El loro escuchó y memorizó la frase.

Al día siguiente, llegó de visita a la casa del loro un amigo del dueño, quien para su propia desgracia se llamaba Jack. El visitante estaba disminuyendo los niveles de tomador casual por temor a la lengua de su esposa. Compartieron un par de horas difíciles para Jack, pues con amargura rechazó los tragos ofrecidos por su amigo.

Después de mucho sufrir y en plena despedida apareció Mary, una esposa tremendamente dominadora empeñada en eliminar el alcohol del cuerpo de su pareja. Venía a buscarlo cual policía dispuesto a pescarlo con las manos en la masa. Sin embargo, Jack se alegró, pues no había probado el licor. “¡Todo salió de maravilla!”, pensó Jack después del chequeo policial, hasta que al salir de la casa escucharon las fatídicas palabras: “¡Mañana seguiremos tomando, Jack!”.

Somos seres racionales y sabemos que los hábitos se adquieren por hacer las cosas repetitivamente, pero debemos tener en cuenta cuáles son las prácticas correctas que marcarán con líneas bien acentuadas nuestro carácter. Las rutinas controlan nuestras acciones en el hogar, en el trabajo, en algún evento social y cultural. Pero solo los buenos hábitos ensanchan la esfera personal, mientras los malos la reducen.

Debemos comenzar por conocer los hábitos que amplían nuestra personalidad y perseverar hasta que sean parte de nosotros, hasta que lleguen a alcanzar la categoría de ley natural, hasta que nos salgan a flote por pura espontaneidad.

Recordemos siempre que las pequeñas cosas saludables de la vida son las que controlan el universo, las que rigen nuestra voluntad y amplían el carácter. Brinda lo mejor de ti, adquiere hábitos saludables que impulsen tu personalidad y aceleren tu crecimiento continuo.

“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”

Albert Einstein

Jaime Mora. Coach y Escritor. Director de www.impulsate.com y de la revista digital gratuita Impulso. Con solidos conocimientos en PNL y Liderazgo.

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