El mayor romance que puedes tener es el romance con Dios... El es el amante y nuestras almas son las amadas, y cuando el alma halla al mayor amante del universo, entonces empieza el romance divino.
Es de sabios luchar por cumplir la voluntad de Dios en todas las acciones, ya que ese es el camino hacia la paz mental y la felicidad. Si lo piensas profundamente, verás que este es un pensamiento colosal. Un enorme cosmos de fuerzas naturales está atado por el poder de Dios. Todo funciona en armonía gracias al Plan Divino. Nosotros somos parte de ese esquema universal – tan importantes como el Sol, la Luna o las estrellas. Tenemos que hacer nuestro trabajo; tenemos que interpretar el papel que no ha asignado Dios, no el que nosotros queremos. Cuando utilizamos nuestra voluntad para contradecir la voluntad de Dios, echamos a perder la película. Por qué no decir: "Voy a hacer lo que Dios quiere que haga." Creo que serías mucho más feliz, más pacífico, mejor. Descubrirás una gran alegría en tu vida cuando te esfuerces para servir a Dios y no a ti mismo. Cuando te despiertes por la mañana afirma: "Señor, te ofrezco este día a Ti. Este pequeño ego no tiene más influencia sobre mi cuerpo; sólo Tú estás en su interior." Tan pronto como veas a Dios en tu interior empezarás a verlo en los demás. Entonces no podrás odiar a nadie, porque verás a Dios en cada cuerpo. Es una bonita forma de vivir. En cada cosa que hagamos debemos pensar que la hacemos por Dios. Cuando servimos a nuestra patria, a nuestra familia y a los demás, debemos amarle a El por encima de todo. Debe estar primero en nuestros corazones y en nuestras vidas. Es por eso que declaró, en los diez mandamientos:" No tendrán más dioses que Yo".
Paramahansa Yogananda.
"El Romance Divino".
Es de sabios luchar por cumplir la voluntad de Dios en todas las acciones, ya que ese es el camino hacia la paz mental y la felicidad. Si lo piensas profundamente, verás que este es un pensamiento colosal. Un enorme cosmos de fuerzas naturales está atado por el poder de Dios. Todo funciona en armonía gracias al Plan Divino. Nosotros somos parte de ese esquema universal – tan importantes como el Sol, la Luna o las estrellas. Tenemos que hacer nuestro trabajo; tenemos que interpretar el papel que no ha asignado Dios, no el que nosotros queremos. Cuando utilizamos nuestra voluntad para contradecir la voluntad de Dios, echamos a perder la película. Por qué no decir: "Voy a hacer lo que Dios quiere que haga." Creo que serías mucho más feliz, más pacífico, mejor. Descubrirás una gran alegría en tu vida cuando te esfuerces para servir a Dios y no a ti mismo. Cuando te despiertes por la mañana afirma: "Señor, te ofrezco este día a Ti. Este pequeño ego no tiene más influencia sobre mi cuerpo; sólo Tú estás en su interior." Tan pronto como veas a Dios en tu interior empezarás a verlo en los demás. Entonces no podrás odiar a nadie, porque verás a Dios en cada cuerpo. Es una bonita forma de vivir. En cada cosa que hagamos debemos pensar que la hacemos por Dios. Cuando servimos a nuestra patria, a nuestra familia y a los demás, debemos amarle a El por encima de todo. Debe estar primero en nuestros corazones y en nuestras vidas. Es por eso que declaró, en los diez mandamientos:" No tendrán más dioses que Yo".
Paramahansa Yogananda.
"El Romance Divino".
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