Orar por otros es un regalo que bendice a todo el mundo.
Al hacer a un lado cualquier preocupación o reto en mi vida, puedo centrar mi atención en orar por un amigo, un ser querido o alguien que lo necesite.
Dejo ir cualquier apego a un resultado específico para ellos y expando mi visión. Veo a la persona por quien oro como un centro radiante de vida y amor, llena de sabiduría divina en todo momento.
Oro partiendo de esta conciencia bendita y devota, afirmando que lo mejor y más elevado se expresa en nuestras vidas perfectamente, en todas maneras y circunstancias. Al orar por otros, las palabras que digo resuenan en las profundidades de mi ser, asegurando que la solución correcta se desenvuelve
Al hacer a un lado cualquier preocupación o reto en mi vida, puedo centrar mi atención en orar por un amigo, un ser querido o alguien que lo necesite.
Dejo ir cualquier apego a un resultado específico para ellos y expando mi visión. Veo a la persona por quien oro como un centro radiante de vida y amor, llena de sabiduría divina en todo momento.
Oro partiendo de esta conciencia bendita y devota, afirmando que lo mejor y más elevado se expresa en nuestras vidas perfectamente, en todas maneras y circunstancias. Al orar por otros, las palabras que digo resuenan en las profundidades de mi ser, asegurando que la solución correcta se desenvuelve
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