En un antiguo relato kabbalístico, un estudiante se le acerca a su maestro y le pide que le enseñe todos los secretos del cosmos en el poco tiempo que puede mantener el equilibrio sobre un solo pie. Después de escuchar la solicitud de su estudiante, el sabio analiza la pregunta minuciosamente. Luego, sus ojos se iluminan con sabiduría infinita y dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo. El resto es sólo comentario. Ahora ve y aprende”.
El día de hoy, aprende a amarte a ti mismo y comparte ese amor con los demás.
YEHUDA BERG
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