“CUANDO UN BLOG CURA EL ALMA”
“Internet ha cambiado muchas cosas, no sólo a nivel social y tecnológico, sino también a nivel terapéutico. Hay bastante gente que coge sus terribles historias, sus dramas y tragedias y las ‘vomita’ en la Red. Hay historias que desgarran como el blog de Candela Molina, una joven cuyos padres fueron asesinados en Marruecos, y en el que cuenta sus dolorosos sentimientos. Es uno de los más duros, pero no es el único.
Sin centrarse en un caso concreto, ¿qué sentido tiene? “Sufrimos un trauma o sufrimos un problema, pero va perdiendo fuerza cuantas más veces lo contamos”, explica a 20minutos.es el doctor en psicología y profesor en la Universidad Carlos III, Guillermo Fauce. “Nuestro entorno nos ayuda a superarlo”, resume este experto que asegura “que desde hace tiempo se recomienda a quienes han sufrido o sufren, que escriban sobre eso; antes era en un cuaderno y hoy es un blog”.
No es nada extraño. Desde siempre ha habido una abundante producción literaria sobre las experiencias y traumas vividos -aunque el diario de Anna Frank no estaba destinado al público, se puede entender así-. “Es una práctica común”, asegura Fauce. La víctima de ETA, Irene Villa, escribió un libro -Saber que se puede- con sus vivencias.
Las nuevas tecnologías han abierto ese campo. “Las víctimas del 11-M han hecho blogs privados para la gente de la asociación en los que cuentan sus vivencias y reflexiones”, asegura este psicólogo que aquel día acompañó a familiares y víctimas de aquella tragedia.
Quizá lo que más pueda sorprender es cuando esas nuevas tecnologías se abren a toda la Red. Leer testimonios tan desgarradores como los de Candela Molina abiertos a todos es algo nuevo. “Abriéndote al público a veces te llega una sensación de reconocimiento social, pero también se buscan apoyos y, por qué no, se quiere que la experiencia personal ayude a otros”, asegura este psicólogo. Puede haber peligros, como enfrentarse a comentarios hirientes de internautas desaprensivos, pero, en general, el efecto es “positivo”.
El caso de esta joven no es único. Navegando podemos encontrar -aunque a veces sea complicado diferenciar entre un testimonio real y una macabra farsa- enfermos que cuentan cánceres terminales, soldados norteamericanos que han luchado en Irak, familias con problemas, familiares de mineros atrapados -como los de Chile- que buscan ayuda, reconocimiento y consuelo en los millones de interanutas anónimos”.
Este artículo que acabo de publicar está copiado íntegramente del periódico digital 20 minutos.es, me pareció interesante publicarlo, para compartirlo con todos vosotros. Os dejo el enlace del artículo por si queréis conocer los blogs y enlaces que se citan en dicho artículo del periódico, para ello deberéis clikar en la siguiente dirección: 20 minutos.es.
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