Detrás del dolor y el sufrimiento hay LUZ. Reconocer los desafíos de esta manera, te da la libertad de asumir la responsabilidad del proceso de corrección de alma que recibes en todo momento del día.
Acepta lo que recibes, ve a Dios dentro de ello y transforma el caos en algo más elevado.
Cuando seas encarado por desafíos, resiste la respuesta inmediata de analizar con tu mente analítica y, en lugar de ello, reconoce la parte de Luz que hay dentro de ti que dice: “Es hora de que enfrentemos esto”.
Yehudá Berg
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