Los sueños pueden ser «psíquicos» o premonitorios. Con frecuencia, estos sueños predicen el futuro. La exactitud varía, porque el futuro parece ser un sistema de probabilidades y fatalidades y porque la capacidad humana de interpretar los sueños con precisión es enormemente variable.
Toda persona, de cualquier cultura y educación, puede tener sueños «psíquicos» o premonitorios. Sin embargo, mucha gente se queda atónita cuando sus sueños se convierten en realidad.
Otro tipo de sueño «psíquico» es el que tiene lugar cuando nos comunicamos con otra persona a distancia. Esta persona puede estar viva y lejos de nosotros geográficamente, o quizá se trate del alma o la conciencia de alguien que ha muerto, como un pariente o un amigo íntimo. De la misma manera, podemos comunicarnos con un espíritu angelical, un maestro o un guía. Los mensajes que se emiten y reciben en estos sueños suelen ser auténticos, conmovedores y muy significativos.
También existen los sueños «itinerantes». Durante estos sueños visitamos lugares en los que nunca hemos estado físicamente. Más tarde podemos confirmar detalles de lo que hemos visto. Cuando visitamos ese lugar geográfico en la realidad, aunque ocurra meses o años más tarde, experimentamos una sensación de familiaridad.
A veces el soñante viajero visita lugares que tal vez no existan en nuestro planeta. En ocasiones, estos sueños son mucho más que meras fantasías nocturnas. Se trata de experiencias místicas o espirituales a las que accedemos porque el ego y las barreras cognitivas se relajan durante el sueño y mientras soñamos. Los conocimientos y la sabiduría que se adquieren mediante estos sueños itinerantes son susceptibles de transformar toda una vida
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