Lo nuevo viene después de lo viejo. Lo suplanta o lo continúa. Lo nuevo no siempre es nuevo. Por tanto, "nuevo" a menudo sólo significa "posterior".
Pero en nuestro sentimiento asociamos lo nuevo con la esperanza de progreso y desarrollo. A menudo, también con la liberación de algo viejo, de algo opresivo, y la sensación de un añadido, de un plus de felicidad.
Lo nuevo nos mantiene en movimiento. Somos ansiosos ante lo nuevo, queremos experimentarlo y conocerlo y poseerlo. Pero la vida siempre es nueva, cada nuevo día trae novedades. Por eso, lo nuevo está vivo si lo comparamos con lo viejo. A no ser que lo viejo se renueve y rejuvenezca para nosotros. Lo viejo es cuestionado permanentemente por lo nuevo y tiene que renovarse, aunque sólo sea para no inmovilizarse.
Nada se repite en el alma. Quien espera una repetición, por ejemplo la repetición de una felicidad especial, se pierde lo nuevo. Porque toda repetición es vieja.
Lo viejo a veces resulta cómodo, pero también cansa. Sólo lo nuevo nos mantiene en un estado de frescor.
Bert Hellinger
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