Parecería como que cada persona muestra distintas facetas, según los diferentes medios en donde se mueve. ¿Esto será cierto? ¿No será más bien que los diversos ambientes perciben a la persona en forma distinta? Es una cuestión complicada que preferimos dejar de lado porque no conocemos la respuesta. Lo mejor es intentar ser congruentes con nosotros mismos. Pero si incluso esto resulta difícil, lo más sencillo es descubrir que la amistad y la comprensión que brindamos desinteresadamente a los demás siempre rebotará de vuelta hasta nosotros cuando menos lo esperamos. Esa sensación agradable que experimentamos cuando alguien nos muestra aceptación, afecto, la podemos multiplicar al infinito.
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