"Soren Kierkegaard dijo: "Cuando entré en la iglesia, al
principio acostumbraba hablar. Solía decir cosas, quejarme, rezar. Pero
luego, poco a poco, me sentí ridículo. Le estoy hablando y no le estoy
dando ninguna oportunidad de que me hable. Es mejor escuchar; cuando
estás ante Dios, es mejor escuchar". De modo que dejó de hablar. Poco a
poco, abandonó todas las oraciones. Se limitaba a ir a la iglesia y
sentarse en silencio, pero en este silencio también había palabras por
dentro. No las estaba utilizando por fuera, pero giraban en su interior.
Así que, poco a poco, también tuvo que abandonar las palabras interiores --sólo así se hace posible escuchar--. Entonces entras en una dimensión totalmente diferente, de escucha, de pasividad, de receptividad. Te conviertes en una matriz. Entonces puedes recibir la verdad, porque no estás hablando, porque no eres agresivo. En ese instante sólo Dios está trabajando y tú le permites que lo haga. Entonces Kierkegaard se volvió absolutamente silencioso; y dejó de ir a la iglesia.
Alguien preguntó: "¿Por qué? ¿Por qué has dejado de ir a la iglesia?". Él dijo: "Ahora he aprendido lo que significa la iglesia; sólo significa estar callado y escuchar. Esto puede hacerse en todas partes, y es mejor hacerlo en otra parte, porque mucha gente va allí, a la iglesia, a hablar. Me molestan. Es mejor bajo un árbol. Es mejor bajo el cielo".
La iglesia es más grande allí, más natural. Y si tienes que estar callado, piensa que Dios está en todas partes. Si tienes que hablar, ve al templo. Pero si tienes que estar callado, ¿por qué ir a algún sitio? Dios está en todas partes, pero tú no puedes estar callado. Haces algo y lo repites por dentro. Tienes hambre y dices: "Tengo hambre". ¿No basta con tener hambre? Si no lo dices, no estás cómodo; te has vuelto adicto a las palabras".
Osho, Ni agua, ni luna. Charlas sobre el zen
http://osho-maestro.blogspot.com/
Así que, poco a poco, también tuvo que abandonar las palabras interiores --sólo así se hace posible escuchar--. Entonces entras en una dimensión totalmente diferente, de escucha, de pasividad, de receptividad. Te conviertes en una matriz. Entonces puedes recibir la verdad, porque no estás hablando, porque no eres agresivo. En ese instante sólo Dios está trabajando y tú le permites que lo haga. Entonces Kierkegaard se volvió absolutamente silencioso; y dejó de ir a la iglesia.
Alguien preguntó: "¿Por qué? ¿Por qué has dejado de ir a la iglesia?". Él dijo: "Ahora he aprendido lo que significa la iglesia; sólo significa estar callado y escuchar. Esto puede hacerse en todas partes, y es mejor hacerlo en otra parte, porque mucha gente va allí, a la iglesia, a hablar. Me molestan. Es mejor bajo un árbol. Es mejor bajo el cielo".
La iglesia es más grande allí, más natural. Y si tienes que estar callado, piensa que Dios está en todas partes. Si tienes que hablar, ve al templo. Pero si tienes que estar callado, ¿por qué ir a algún sitio? Dios está en todas partes, pero tú no puedes estar callado. Haces algo y lo repites por dentro. Tienes hambre y dices: "Tengo hambre". ¿No basta con tener hambre? Si no lo dices, no estás cómodo; te has vuelto adicto a las palabras".
Osho, Ni agua, ni luna. Charlas sobre el zen
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