Horas más tarde, los dos hombres volvieron a coincidir cerca del mercado:
- “¿Qué has hecho con las monedas que te he dado?”, preguntó el mercader.
- “Con una de ellas me he comprado pan, para tener de qué vivir; con la otra me he comprado una rosa, para tener por qué vivir…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario