- ¿Lo dudabas?
- Hombre era un poco complicado… es que si salía mal podía fastidiarse la cosa y no quería que eso pasase. Pero no, él no se sintió cómodo, lo noté enseguida, pero no dijo nada. La segunda vez, luego, cuando estábamos hablando me lo dijo, pero fue muy divertido, porque me lo dijo con mucho cuidado, como si no quisiera hacerme daño.
- ¿Le molestaron tus gritos?
- Sí. Porque esta vez fueron gritos. Después de una semana de jadeos más fuertes, esta era la semana de los gritos. Y te he de decir que la primera vez no me sentí a gusto, lo hice porque lo acordamos, pero a partir de la segunda me lo empecé a pasar bien. Y con los gritos ya ha sido la leche.
- ¿Y qué te dijo él?
- Como te he dicho, fue divertido. Me dijo que había una cosa que le incomodaba, que le distraía, y era que yo hacía demasiado ruido y que no estaba a gusto. Yo le pregunté si esto había sido desde que empezamos hace seis meses. ¡Y él me dijo que un poco sí! Tuve que hacer gala de todo mi autocontrol para no morirme de risa.
- ¿Habéis llegado a algún acuerdo?
- Sí. Yo me esforzaré mucho en intentar no hacer tanto ruido durante nuestras relaciones sexuales. Es más, hemos tenido relaciones días después y él me ha agradecido los esfuerzos que yo he hecho por estar en silencio.
- ¿Y cómo te lo has tomado?
- ¡Cómo un regalo! Hacía tiempo que no me concentraba en disfrutar del sexo, estaba más pendiente de que mi pareja creyese que era un gran amante, y ahora no sólo me puedo concentrar en mí sino que además me lo agradecen. ¿Qué más puedo pedir?
- Bueno, supongo que podrías pedir que esto continúe.
- De eso me voy a encargar yo, no te preocupes.
VÍA SABER LO QUE BUSCO
Imagen tomada de http://www.desdebellaterra.com/sexpress
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