Entonces acudió a un maestro sufí. Alguien le dijo: "Vete a ver a un maestro sufí. Sólo un maestro puede ayudarte en eso. Los médicos no te ayudarán mucho. Ellos tratan enfermedades reales; los maestros tratan enfermedades irreales. Acude a un maestro".
Y lo hizo. Y el maestro aseguró: "De acuerdo, haré algo. La serpiente saldrá mañana por la mañana". A la mañana siguiente el maestro ya lo había preparado: encontró una serpiente, se la dio a la esposa del hombre, y le dijo: "Arréglelo todo para que cuando él despierte encuentre a la serpiente arrastrándose por la cama". Y el hombre gritó, chilló y saltó.
Y dijo: "¡Ahí! ¡Ahí está! ¡La serpiente! Y esos doctores estúpidos decían que no había serpiente, que no había nada. ¡Y estás ahí!". Y desde ese día el problema desapareció. Eso fue un mantra. El problema no era real.
Todos tus problemas son creaciones tuyas. Un mantra es una estrategia para quitarte tus ilusiones, y cuando las ilusiones se han ido, lo que queda es la verdad. El mantra sólo quita lo falso. No te puede dar lo real, sólo puede quitar lo falso. Pero eso es suficiente. Una vez que se ha quitado lo falso, una vez que se ha comprendido la falsedad de lo falso, surge la verdad. Y la verdad libera. La verdad es liberación".
Osho, El Sutra del corazón. El encuentro del Buda interior
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