Aunque es importante asentar los pilares de la salud física y psíquica desde la juventud, el cuerpo humano tiene una gran capacidad de autoregeneración. Por eso se puede afirmar que siempre se está a tiempo de lograr el estado óptimo de salud que se corresponda con la edad.
Los 30 y el esqueleto.
Muchas personas no lo notan pero en la treintena el reloj biológico se pone en marcha y el organismo comienza a regenerarse cada vez más despacio. Sin embargo, aún conserva todo el potencial muscular y óseo. Por ello es un momento muy adecuado para comenzar a sembrar salud.
El sistema óseo se encuentra en esta edad en su máximo esplendor: a lo largo de la treintena se alcanza la mayor densidad ósea. Esto resulta importante en cuanto a la prevención de la osteoporosis en edades más avanzadas: cuanto más fuertes sean los huesos a los 30, menor será el riesgo de padecer dolencias óseas en la vejez.
Se ha demostrado que realizar con regularidad ejercicio físico ayuda a conseguir un buen "capital óseo". Natación, ciclismo, aeróbic o jogging moderado durante 1 hora tres o cuatro veces por semana, son buenas maneras de mantenerse en forma y evitar el deterioro prematuro de los huesos.
Por otro lado, el metabolismo comienza a ralentizarse poco a poco: es la edad en la que se empiezan a ganar algunos kilos extra que más adelante serán más difíciles de erradicar y que pueden perjudicar la salud.
Es el momento de erradicar totalmente de la dieta los "alimentos basura" o fast food y comenzar a apreciar el sabor de las ensaladas, las frutas y los cereales integrales.
Plenitud a los 40.
Si bien a esta edad ya empiezan a percibirse los efectos del tiempo sobre el organismo,los 40 deberían constituir una época de plenitud, tanto para hombre como para mujeres: la estabilidad y madurez alcanzadas, unidas al todavía importante patrimonio de salud y energía con que se cuenta, pueden hacer de los 40 la mejor década de la vida.
Es especialmente importante mantener a raya al estrés. Un trabajo absorbente, los hijos que han crecido... pueden llenar la vida de un continuo ajetreo tanto físico como psíquico. Entonces ha llegado el momento de pensar un poco en uno mismo y tomarse cada día unos momentos de relax (¡cuantos más se puedan mejor!).
El yoga es una de las mejores disciplinas para frenar el estrés, ala vez que aporta otros beneficios añadidos a los músculos, los huesos y los órganos internos. Buscar tiempo en la agenda para incorporarse a un grupo de yoga 3 veces por semana, al acabar la jornada, puede ser una de las mejores inversiones para el equilibrio interior.
Los 50 y el corazón.
Se trata de una época de profundos cambios en el organismo. La células sufren los ataques de los radicales libres (se oxidan). Sin embargo, esto no tiene por qué significar enfermedad: unos hábitos de vida saludables pueden contrarrestar la marcha imparable del reloj biológico.
Los problemas cardiocirculatorios acaban cada año con miles de vidas. Más de las tres cuartas partes de estos fallecimientos son de personas de más de 50 años. Para prevenirlos, además de evitar el sedentarismo y seguir una dieta baja en grasas saturadas y moderada en sal son eficaces la vitamina E (200 mg/día) y el aceite de onagra (3g/día en cápsulas).
El ejercicio suave (natación, tenis no competitivo, caminar...) es cardiosaludable, mantiene en buen estado los huesos e impide que los músculos cedan su espacio progresivamente a la grasa.. Un suplemento de 1 ó 2 gramos diarios de glutamina (un aminoácido) aumenta el rendimiento muscular a la vez que colabora en la desinflamación de los procesos artríticos y mantiene en buen estado el intestino.
Otro problema frecuente, sobre todo en las mujeres alrededor de la cincuentena, es la depresión. El aspecto más importante para prevenirla es mantener unas relaciones sociales y afectivas satisfactorias. Un remedio natural para prevenir este problema puede ser tomar unas gotas de hipérico.
Antioxidantes a los 60.
Es la década del descanso. La buena salud debe acompañar a esta década de merecida relajación: la edad no tiene por qué significar enfermedad. Hay que tener en cuenta que el organismo no pierde su capacidad de curarse hasta el final y que incluso las personas que han comenzado a seguir un estilo de vida saludable a una edad tardía mejoran su estado general en apenas unos meses.
Los remedios naturales más recomendables a esta edad son los antioxidantes.
Durante esta década la mayoría de personas abandonan su puesto de trabajo. Es un error sentirse inútil y apático: se tienen por delante tantos años para realizar ilusiones que la jubilación es una verdadera bendición. Comenzar a pintar, incorporarse a una ONG, estudiar, viajar, salir al campo, compartir diversiones con la pareja o los amigos... y seguir aportando cosas al mundo sigue siendo vital.
Amor a los 70.
Nadie puede evitar cumplir años, pero sí está en las propias manos el llenar la vejez de salud y pasión por la vida. Es importante cuidar el cuerpo y darle lo que necesita para evitar la enfermedad.
Por otra parte, los años de experiencia acumulada dan la perspectiva necesaria para ver la vida con ecuanimidad y amor: es el momento de ser feliz.
Las facultades mentales en las personas mayores dependen en gran medida del uso que hagan del cerebro. Mantener activa la mente es uno de los mejores tratamientos a este respecto: leer cada día un buen libro o el periódico, realizar alguna actividad creativa, incorporarse a un cursillo, son tan solo algunos ejemplos de todo lo que se puede hacer.
La serenidad y el buen humor son fuentes de longevidad. Nada como reír con los amigos y no perder una sola oportunidad de divertirse. Dedicar un tiempo cada día a la meditación también puede ayudar a vivir estos años con plenitud y sosiego.
Por Ana Fernández Magdalena de Cuerpo y Mente
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