Al final de esta reciente entrevista a Claudio Naranjo, cuenta cómo en una de sus sesiones con un terapeuta, éste se le presentó con un recipiente con arena y le dijo que se lo había traído para que se la comiera. El joven y tímido Claudio se quedó extrañado. No obstante, probó un poco e, inmediatamente, lo escupió. Eso era precisamente lo que pretendía su maestro, que escupiera lo que le desagradaba, que dejara de complacer por sistema.
Y es que esa costumbre, la de complacer porque sí, nos puede ir encaminando, poco a poco y sin que nos demos cuenta, a estados de ansiedad y de infelicidad. Ser siempre niños buenos no es ser buenos niños. Ser siempre adultos buenos no es ser buenas personas, sino vivir atados al miedo por cumplir los requerimientos de otros, olvidándonos de nuestra propia voluntad, de nuestras apetencias y gustos, de tomar nuestras decisiones, de vivir nuestra vida, de ocultar el amor que nos inunda por dentro por miedo a que alguien se vaya a enfadar por ahí fuera...
¡Escupid, escupid cuanto queráis! sin ira, sin rabia, sin rencor, sin victimismo; tan sólo desechando lo que no os guste, por amor y determinación a lo que sois: grandes, fuertes, generosos, alegres; seres con una inmensa profundidad oculta por un temor insustancial, aprendido y grabado, que os ha robado la creencia de que estáis aquí, simplemente, para ser felices.
de SILENCIO ACTIVO
Y es que esa costumbre, la de complacer porque sí, nos puede ir encaminando, poco a poco y sin que nos demos cuenta, a estados de ansiedad y de infelicidad. Ser siempre niños buenos no es ser buenos niños. Ser siempre adultos buenos no es ser buenas personas, sino vivir atados al miedo por cumplir los requerimientos de otros, olvidándonos de nuestra propia voluntad, de nuestras apetencias y gustos, de tomar nuestras decisiones, de vivir nuestra vida, de ocultar el amor que nos inunda por dentro por miedo a que alguien se vaya a enfadar por ahí fuera...
¡Escupid, escupid cuanto queráis! sin ira, sin rabia, sin rencor, sin victimismo; tan sólo desechando lo que no os guste, por amor y determinación a lo que sois: grandes, fuertes, generosos, alegres; seres con una inmensa profundidad oculta por un temor insustancial, aprendido y grabado, que os ha robado la creencia de que estáis aquí, simplemente, para ser felices.
de SILENCIO ACTIVO
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