Si en tu mente está radicada la idea de que los accidentes nos acechan a cada paso; si crees que "Los achaques de la vejez" son inevitables; si estás convencido de tu mala o buena suerte; lo que quiera que tu esperes normalmente, en bien o en mal, esa es la condición que verás manifestarse en tu vida y en todo lo que haces. Ese es el por qué de lo que te ocurre.
No se está jamás consciente de las ideas que llenan nuestra mente. Ellas se van formando de acuerdo con lo que nos enseñan, o lo que oímos decir. Como casi todo el mundo está ignorante de las leyes que gobiernan la vida, leyes llamadas "de la Creación ", casi todos pasamos nuestra vida fabricándonos condiciones contrarias; viendo tornarse malo aquello que prometía ser tan bueno; tanteando, como quien dice, a ciegas, sin brújula, timón, ni compás; achacándole nuestros males a la vida misma, y aprendiendo a fuerza de golpes y porrazos; o atribuyéndoselos a "la voluntad de Dios".
Con lo que hasta aquí has leído, te habrás dado cuenta de que el ser humano no es lo que le han hecho creer, o sea, un corcho en medio (te una tempestad, batido aquí y allá según las olas ¡ ¡Nada de eso! Su vida, su mundo, sus circunstancias, todo lo que él es, todo lo que le ocurre son creaciones de él mismo y de nadie más. El es el rey de su imperio y si su opinión es, precisamente, que él no es sino un corcho en medio de una tempestad, pues así será. El lo ha creído y permitido.
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