Las puertas pueden ser un símbolo de libertad o esclavitud. Algunas puertas cerradas se abren al dar vuelta a la perilla, otras deben abrirse con una llave y otras sólo necesitan un empujón. Cuando una puerta parece estar cerrada, alguna acción de mi parte puede ser necesaria.
Tal vez necesite fe para dar la vuelta a la perilla; siendo la oración la llave que la abre y la voluntad y la persistencia las que dan el empujón necesario para abrirla. Una puerta es un símbolo significativo porque representa entrar y salir. Algunas puertas me alejan de una fase de mi vida que está completa. Por medio de otras puertas entro a una fase nueva o a un camino no transitado. Hoy, con confianza, abro la puerta a mi bien.
He puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar. —Apocalipsis 3:8
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