domingo, 27 de febrero de 2011

ÁNGELES DE LA NATURALEZA


Las Salamandras: Puesto que, como su elemento es relativamente amorfo, los espíritus naturales del fuego carecen de forma fija, y describirlos es algo difícil de lograr y documentar. Sugieren una forma humana subyacente, extremidades y “cabello” constituido por corrientes de ardiente energía proyectada, que sólo en raras ocasiones se acomodan en forma y posición a la estructura humana.
Sin embargo, cuando el rostro no está velado por las llamas áuricas, es de apariencia claramente humana. Su expresión es absolutamente no humana, mientras que los ojos rasgados hacia arriba parecen estar iluminados con una especie de impío deleite en el poder destructor de su elemento. De cara triangular, el mentó y las orejas son puntiagudos, y la cabeza está rodeada y delineada por llamitas titilantes, color rojo-anaranjado, a través de las cuales lanzan centellantes lenguas de fuego.
Las salamandras varían de altura de 0,610 a 0,914 m. hasta los grandes colosos del poder ígneo que son los Señores del Fuego asociados con el Sol.
Cada uno de estos Ángeles de la naturaleza custodia, vive y trabaja en el elemento que le es propio, sea en la tierra, en el fuego, aire o agua. Viven en simbiosis con flores, piedras, nubes o cursos de agua. Regulan el clima, los elementos y el crecimiento de los vegetales.
Cuando el hombre aprenda a contactarlos, obtendrá el máximo de la Naturaleza, con equilibrio, sin usar violencia a ningún reino, cancelando de su memoria pesticidas, insecticidas y afines, que solamente son portadores de muerte

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