El Feng Shui es una ciencia ancestral con origen en China que se basa en la creencia de que el uso de las leyes del cielo (astronomía) y de la tierra (geografía) ayudan a mejorar aspectos de la vida de las personas al canalizar la energía positiva qi.
Aunque parezca abstracto, existen una serie de sencillos consejos mediante los que podemos mejorar el Feng Shui de nuestro entorno. Aquí hay algunos:
1. Limpieza y orden debe de ser el primer paso a seguir. La primera prioridad ha de ser reducir el número de objetos innecesarios. Con el tiempo se acumulan cantidad de cosas que no nos aportan nada, deshaciéndonos de todas y despejando nuestro entorno tendremos una mayor sensación de orden.
2. En la medida de lo posible evitaremos colores fuertes. Se trata de otra de las prioridades en nuestra lista. En lugar de utilizar colores extremos como rojo o naranja que nos mantienen siempre alerta, se recomienda utilizar colores más suaves para relajar los sentidos y aumentar la armonía del espacio donde nos encontramos.
3. Camuflar ángulos afilados. En ocasiones, y sin percatarnos, situamos objetos puntiagudos apuntando hacia la cama, el lugar de trabajo o la entrada principal. Debido a que estos ángulos son considerados por el Feng Shui como canalizadores de energía negativa, la recomendación es camuflarlos utilizando plantas u otros objetos para reducir su impacto sobre los puntos clave del hogar.
4. ¿Suelen estar las ventanas cerradas? ¿Tienen las cortinas una tonalidad oscura? ¡Es momento de abrirlas y dejar entrar aire fresco y la luz. No importa que los vecinos nos vean, la energía positiva de la luminosidad nos hará sentir mejor.
5. El sentido común es el mejor aliado de nuestro propio Feng Shui. Sentándonos en cada habitación y recapacitando sobre cómo nos sentimos sabremos si la energía es positiva o negativa. En el segundo caso, es momento de hacer algunos cambios.
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