jueves, 25 de mayo de 2017

¿CUÁNTO ESTAS EN CASA?...PILAR SORDO...♥



El pasado 21 de mayo, feriado en mi país, vi a tanta gente salir de su casa porque era fin de semana largo, todos además a los mismos lugares me quedé pensando ¿Cuanto tiempo pasamos en nuestras casas?

Casas que nos hemos preocupado supongo en tenerlas lo más lindas posibles pero que estamos siendo incapaces de disfrutar por algunas misteriosas razones.

Es como si existiera un mandato donde fuera "obligatorio" salir de nuestras casas con la ilusión de que en otro lugar vamos a descansar más. En este mandato existen ciertas contradicciones que hacen paradójica esta elección.

Por un lado, salen todos, por lo tanto la tranquilidad esperada no llega porque uno se termina encontrando desde que sale de casa con los mismos neuróticos de siempre y los lugares de descanso se transforman en una congestión y en un estrés similar al que vivimos todos los días pero en otro lugar. Los lugares están todos llenos, la gente anda de mal genio y todo parece repetirse de la misma forma que en la ciudad.

Contrario a eso, los que nos quedamos en nuestras casas y ciudades vacías disfrutamos de ciudades gratas, donde uno no se demora en llegar a ninguna parte, todo el mundo anda de mejor carácter y hay espacio y lugar en todos lados.

Con esto no estoy diciendo que no haya que salir. El cambiar de aire siempre es algo positivo y renovador, lo que me pregunto es cuanta gente se pregunta profundamente si quiere viajar o lo siente como una obligación así como sentimos como obligación el comprar regalos de Navidad, muchas veces no pudiendo, ni queriendo hacerlo o sentimos que el día de la madre hay que "sacarlas" a almorzar donde encontramos todo lleno, el servicio, como es obvio, no es de los mejores y los que es peor sentimos que esta "sacada es como hacer que la mamá tome aire" sin ser realmente un homenaje.

Mi reflexión es preguntarme de que arrancamos cuando salimos de casa, si nunca estamos ahí. Generalmente llegamos tarde, los fines de semana normales son una corrida para hacer las cosas pendientes. Cada vez se come más en restaurantes o se sale a "pasear" a un mall sin estar nunca dentro de nuestros propios espacios.

Creo que salir, conocer, moverse, viajar es maravilloso, pero también creo que debiéramos reflexionar con el intentar recuperar la capacidad para disfrutar de nuestros mundo privado, ese por el cual peleamos tanto por tener hermoso y bien cuidado y que por lo demás nos sale caro mantener.

Me pasa que pocos se preguntan si no sería mejor quedarse en casa, invitar amigos, jugar a cartas, cocinar y no tener que subirse a un auto, estar en un taco con congestión por horas y llegar a un lugar donde están los mismos de los que aparentemente quisimos arrancar.

Disfrutemos de nuestros espacios privados, usemos los living y compartamos y valoremos nuestros hogares. Elijamos salir cuando salen pocos, encantemos nuestras casas para poder vivirlas y no solamente ocuparlas para dormir en ellas y arrancar a la primera que podemos o se nos da una oportunidad .

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