Ilusionarse es parte del encanto de la vida, nos hace despertarnos contentos el día de nuestro cumpleaños
Las expectativas, en cambio, hacen que seamos felices pensando en lo que nos regalarán
Dicho de otro modo, las expectativas son placeres muy caros que compramos a plazos, y pagamos un precio durante mucho tiempo por el disfrute de solo unas horas. La ilusión nunca se agota, ni hay frustraciones, porque no espera nada para más tarde, sino que disfruta como si ya estuviera sucediendo. Organizar un viaje puede ser muy frustrante si no disfrutas organizando viajes, sino solo viajando. Arreglarte para una cita puede ser una experiencia grata en sí misma, aunque después la persona no te guste, porque quizá la sensación de ducharte, maquillarte, sentirte una diva o un tío bueno, sean suficiente premio.
Además, a menudo las cosas salen mejor si en el proceso de hacerlas hemos disfrutado también. No hay nada más atractivo que una persona de buen humor, segura de sí misma y capaz de disfrutar. Es un punto a favor para que salga bien una cita, igual que un examen o una entrevista de trabajo.
Así que más vale evitar las grandes expectativas, pero no perdamos la ilusión que nos hace estar más vivos. Recuerda que las mejores cosas que nos suceden en la vida suelen ser las que no habíamos planeado…
BEATRIZ ARIZA
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