Tal vez sea como dicen la mayoría de las Tradiciones de Sabiduría: ELEGISTE nacer. Si tu espíritu tuvo esa chance ha sido afortunado. El Budismo, por ejemplo, afirma que tener la OPORTUNIDAD de encarnar una vida humana es UN PRIVILEGIO. (Antes no lo creía: ahora lo asumo, lo siento.)
Si es un privilegio, haz uso de él. (Así también lo intento yo.) Pero debo recordarte esto: NO ES SEGURO. NADA LO ES. Firmar el contrato para nacer en una vida humana tiene una cláusula que NO está en letra chica: NACERÁS A LA INCERTIDUMBRE.
Deja de luchar contra ella. (Me permito decírtelo porque yo ya me lijé la frente contra los ásperos bordes de lo incierto.) Deja de arrinconar cualquier impulso sanamente expansivo que lata en tu corazón. Toma la incertidumbre y haz de ella tu lámpara para caminar en tu oscuridad. Serás mucho más sagaz que los que aún sueñan con adueñarse de las certezas.
Si nada es seguro, todo es posible: pon a jugar la incertidumbre a tu favor. Crea lo que no existe, siembra lo que aún no ha germinado, abre tu casa a quien estabas secretamente esperando (pero que cuando golpeó en tu puerta le pusiste quince cerrojos, para no habitar tus inseguridades).
Ama. Ama con compromiso, mas haciéndote amigo de lo incierto. Si es incierto, ama AHORA, porque el AHORA es lo único seguro. Sé bravo, sé valiente: exprime la fruta de lo incierto para que su jugo te vuelva juguetón y sereno. Hasta que tatúes estas letras en tu identidad invisible: "NO ME ES DADO TENER EL CONTROL DE CASI NADA".
Así quiero vivir. ¿Nos acompañamos?
Virginia Gawel
www.centrotranspersonal.com.ar
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