- La odio. No puedo evitarlo. Le deseo lo peor.
- Vale, pero, ¿te ha sido útil?
- No puedo evitarlo. Me paso el día pensando en como fastidiarla, no haré nada, pero el deseo de verla pasarlo mal me inunda.
- Pero no parece que dejarte llevar por esta emoción te esté sirviendo...
- ¡Y qué quieres que haga!
- ... más bien parece que te está haciendo mucho daño.
- Sí, pero no lo puedo evitar. Me paso las horas dándole vueltas a la cabeza, maquinando cosas, pero no hago nada, sólo sufro.
- ¿Qué pasaría si las hicieses?
- No puedo hacerlas, ¡no soy esa clase de personas!
- Entonces sólo te quedas en un resentimiento interno...
- Correcto. Y no me deja vivir.
- No me extraña. Vivir en el resentimiento es una de las cosas más estúpidas que se puede hacer.
- No es algo que yo elija.
- Puede que no lo elijas conscientemente, pero seguro que inconscientemente como mínimo sí.
- Ya, siempre el inconsciente...
- Mira, planteátelo de esta manera y dime qué te parece. Vivir anclado en el resentimiento hacia alguien es como beberte un vaso de cianuro y esperar que sea el otro el que muera.
Publicado por Miguel Ángel Raya Saavedra
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