Cuando los amigos están atravesando verdaderas tragedias o dificultades nuestra inclinación es querer ayudarlos. Pero ¿qué hay de aquellos momentos en los que pareciera que hay poco que podamos hacer por ellos que pudiera marcar una diferencia?
Podemos sentirnos incapaces en estas situaciones pero la verdad es que siempre hay algo que podemos hacer.
Simplemente estar ahí. Sólo escuchar. Mantenerlos en tus oraciones. Mantenlos en tu mente y corazón mientras realizas actos de bondad o un estudio espiritual.
Siempre podemos encontrar pequeñas formas de enviar gran Luz a las personas en necesidad.
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