Al ver con cierta perspectiva los pasajes más desafiantes con los que me tropecé en mi camino, éstos resultaron ser, en definitiva, grandes bendiciones. Todos los acontecimientos y las peripecias de una existencia parecen ser solo la expresión de corrientes subterráneas más profundas que nos conducen exactamente hacia donde debemos ir. La casualidad, se dice, es la precisión de Dios. Muchas circunstancias improbables o coincidencias fortuitas llegan a tejer una trama cuyo sentido puede revelarse después, cuando el conjunto del escenario se despliega por completo.
Eric Edelmann.
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