En el buen sentido de la palabra negociamos todos los días, por una u otra cosa, desde que el hombre se estableció en el mundo ha tenido que negociar su supervivencia acá en el planeta tierra , negociamos con nuestros hijos si nuestra educación es gánate lo que deseas, aseas tu habitación, sacas buenas notas y puedes obtener lo que deseas, así mismo enseñamos que lo que queremos se debe ganar, cumpliendo nuestras metas, actuando con responsabilidad y honestidad, lo que obtienes lo has ganado por derecho de conciencia.
Así mismo negociamos en los empleos, en los negocios, y hasta en las relaciones de parejas, una relación de pareja no es fácil, el amor nos fácil tampoco, porque debemos acoplarnos y adaptarnos a una persona, a sus gustos, a sus miedos, a sus complejos y allí es donde entra la negociación, una balanza, una equidad, en donde ambos conservamos nuestro espacio como alma individual y con libre albedrio, donde vamos a respetarnos, donde vamos a ceder y ser flexible y esa es una negociación de ambas partes, siempre he visto las relaciones de parejas como una compañía con dos socios que comparten algo en común el AMOR, y se comparte igualmente derecho y deberes que ambos aceptamos en el momento que escogemos vivir con una persona.
El negociar libera las ansiedades, los malos entendidos porque la comunicación va a fluir más libre, donde expresaremos lo que nos gusta y aquello que nos disgusta, y desde allí parte la negociación y los acuerdos para llevar una relación basada en el respeto mutuo, la tolerancia, compresión que a larga es la estructura del sentimiento que estamos creando, y sin ningún contrato escrito vamos a seguir una línea de convivencia para hacernos feliz uno al otro, en la vida lo que se habla, lo que se aclara a futuro evita las decepciones, porque cuando todo está sobre el tapete cada quien sabe cómo actuar y cuál es su responsabilidad en la sociedad amorosa, amistosa, de afecto, cariño, respeto y familiar, el don de la palabra y la comunicación son dos factores importante para tener una vida sólida , y tranquila y beneficiosa para nosotros y nuestro entorno.
Así que desde hoy empieza a negociar en el buen sentido de la palabra, no pienses solo en tu beneficio, piensa también que tu pareja, tus familiares e hijos , amigos todos tienen el derecho igual que tú a ser feliz.
ELANGELUS. MONICA ZERPA.
Así mismo negociamos en los empleos, en los negocios, y hasta en las relaciones de parejas, una relación de pareja no es fácil, el amor nos fácil tampoco, porque debemos acoplarnos y adaptarnos a una persona, a sus gustos, a sus miedos, a sus complejos y allí es donde entra la negociación, una balanza, una equidad, en donde ambos conservamos nuestro espacio como alma individual y con libre albedrio, donde vamos a respetarnos, donde vamos a ceder y ser flexible y esa es una negociación de ambas partes, siempre he visto las relaciones de parejas como una compañía con dos socios que comparten algo en común el AMOR, y se comparte igualmente derecho y deberes que ambos aceptamos en el momento que escogemos vivir con una persona.
El negociar libera las ansiedades, los malos entendidos porque la comunicación va a fluir más libre, donde expresaremos lo que nos gusta y aquello que nos disgusta, y desde allí parte la negociación y los acuerdos para llevar una relación basada en el respeto mutuo, la tolerancia, compresión que a larga es la estructura del sentimiento que estamos creando, y sin ningún contrato escrito vamos a seguir una línea de convivencia para hacernos feliz uno al otro, en la vida lo que se habla, lo que se aclara a futuro evita las decepciones, porque cuando todo está sobre el tapete cada quien sabe cómo actuar y cuál es su responsabilidad en la sociedad amorosa, amistosa, de afecto, cariño, respeto y familiar, el don de la palabra y la comunicación son dos factores importante para tener una vida sólida , y tranquila y beneficiosa para nosotros y nuestro entorno.
Así que desde hoy empieza a negociar en el buen sentido de la palabra, no pienses solo en tu beneficio, piensa también que tu pareja, tus familiares e hijos , amigos todos tienen el derecho igual que tú a ser feliz.
ELANGELUS. MONICA ZERPA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario