lunes, 9 de mayo de 2011

GASTAR PARA COMPARTIR: Multiplicar



- ¿Cuánto vale este reloj? -preguntó Vanguardia a un vendedor ambulante que se había instalado en la acera frente al restaurante.
-Diez dólares – respondió el vendedor.
Hizo otra vez la misma pregunta, pero en esta ocasión en una joyería, ante un Rolex.
-Cinco mil dólares -comentó el vendedor.
-¿Lo ves? – comentó entonces el anciano mientras se colocaba el recién adquirido reloj en la muñeca-. Tienen la misma utilidad, aunque éste, que tal vez sea un poco mejor técnicamente, es muchísimo más valioso porque, más que un reloj, es una joya.
-¿Es esto la ley de gastar?
- Ese es uno de sus aspectos. Los precios son arbitrarios, dependen siempre de un acuerdo entre las dos partes que se negocian. El valor del dinero lo determinan quien compra y quien vende, y no el producto en sí. Todo en el universo físico es negociable. Por ejemplo, ¿quieres hacer un negocio conmigo?
-Sí, pero ¿qué negocio?
-Tienes un billete de un dólar que te sirve de amuleto, ¿verdad?
-Sí, lo llevo conmigo- respondió Usted; comprendió entonces que aquel episodio del billete que había encontrado en el suelo era cosa de Vanguardia.
-Te propongo cambiar ese dólar por una cinta de música de las que se utilizan en el proceso de aprendizaje acelerado y que se venden en cualquier tienda al precio de treinta dólares. ¿Aceptas? ¿Un dólar por algo que vale treinta?
Usted lo pensó unos instantes y respondió:
-No
-Bien. ¿Entiendes un poco mejor ahora la Ley de gastar? Ese billete tiene para ti un valor especial. Y ese valor es distinto para cada persona y para cada circunstancia. Imagina lo siguiente: Estás perdido en una isla de un afluente del Amazonas, en plena selva. Llevas contigo, en tu mochila, diez mil dólares. Aparece entonces un grupo de indios que nunca han visto papel moneda y tú les propones que te transporten en canoa río abajo cien kilómetros a cambio de todo ese dinero. ¿Qué oportunidades hay de que acepten tu propuesta?
-Supongo que sería difícil que la aceptaran por dinero.
-Imagina ahora la misma situación ante el propietario de un barco en Miami, aunque en este caso la distancia a recorrer es de mil kilómetros, es decir, diez veces mayor, mientras que la cantidad que les ofreces es la misma que ofrecías a los indios. ¿Qué oportunidades hay de que acepte?
-Muchas más, ¿no es cierto?

El valor del dinero lo determinan el comprador y el vendedor en cada transacción. Recuerda esta ley siempre que vayas a comprar algo.
-Pero gastar dinero es bueno ¿no?
-Es estupendo, si el dinero está bien gastado.
Ganar, gastar; ganar, gastar, una cosa lleva a la otra. Si no te gusta lo que tienes que hacer para ganar dinero, no desearás gastar para no necesitar ganar más. Lo que no puede ser es gastar sin ganar.
-Entonces, ¿gastar dinero puede atraer más riqueza?
-¿Qué ocurre cuando tiras un vaso de agua al río?
-Bien que las aguas se mezclan.
- ¿Y a continuación?
-El río va a parar al mar, ¿no es eso?
-Así es. El agua del vaso se mezcla con las aguas del río, que, a su vez, fluyen para unirse a las aguas del mar. Eso ocurre con el agua y ocurre con el dinero; el dinero atrae dinero, la pobreza atrae pobreza. Y más aún: quien abre la mente de forma positiva a la prosperidad, atrae más prosperidad. Quien vive pensando en la enfermedad, acaba enfermo. Quien piensa en el dinero y mantiene con él una relación positiva, atrae hacia sí la riqueza.
Las cosas semejantes se atraen. Es una ley universal tan sencilla y cierta como la ley de la gravedad.
- Las cosas semejantes se atraen… ¿Por eso la gente rica tiene más crédito?
-Por supuesto. Quien pide dinero al banco diciendo que lo necesita, no lo consigue. Sólo quién demuestra que no lo necesita lo obtiene. El crédito es paradójico, pero obedece a esta ley de gastar.
- ¿Y gastar para ayudar a otros? ¿Ayuda también a ganar más dinero?
-Es posible, siempre que se comprenda la diferencia entre caridad y generosidad. Cuando doy algo a alguien que lo necesita hago caridad. Cuando también doy a quien no lo necesita, practico la generosidad. Para ser próspero hay que practicar ambas cosas. Si sólo das a quien lo necesita, le estás diciendo a tu cerebro: "En este mundo sólo se ayuda a quien lo necesita, de modo que seguiré necesitando para poder ganar". Si además eres generoso y das a quien no lo necesita, estarás pensando así: "Incluso quien no lo necesita recibe ayuda". Piénsalo para ti y los demás serán generosos contigo.
Vanguardia lo sorprendía con conceptos en ocasiones opuestos a todo lo que Usted pensaba anteriormente.
-Las paradojas de la ley de gastar son interesantes. Si gastas dinero en el presente, tendrás más dinero para ese propósito en el futuro.
¿Cuál es la mejor manera de gastar dinero?
La mejor inversión que puedes hacer en esta vida es en ti mismo. Invierte en cursos y seminarios, por ejemplo, en mejorar y ponerte al día.
Leer buenos libros también es otra gran inversión.
No debes dejar de estudiar porque hayas terminado tu carrera universitaria. Y si una persona no ha seguido estudios superiores, no por ello debe dejar de estudiar y progresar en aquello que le gusta. En la vida hay que invertir siempre, sin parar, para perfeccionarse, crecer, aprender, progresar.
¿Incluso la gente de éxito, quienes ya lo saben todo de su profesión pueden seguir estudiando?
-El éxito en el pasado no es garantía de éxito en el futuro. Ser competente ahora no significa que lo seas siempre, porque el conocimiento y las tecnologías cambian. Siempre es necesario reciclarse (la vida es eso, ese eterno movimiento) para estar en sintonía con la prosperidad. Que tengas suerte en tu trabajo.
Usted, entretenido como estaba con las palabras de Vanguardia, no se había dado cuenta de que habían llegado a las puertas de su empresa. Le dio las gracias y se despidió de él, aunque no acababa de entender el sentido de aquel deseo de buena suerte.
Anotaciones del autor al margen.
El poder fluye hacia quien tiene conocimiento
Elbert Hubbard
A veces es posible transformar lo imposible en una posibilidad por medio de una simple decisión.
Nunca confunda movimiento con acción.
Ernest Hemingway

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