Ella estaba sentada en una silla alta, ante un plato de sopa, que le llegaba a la altura de los ojos. Tenía la naríz fruncida y los dientes apretados y los brazos cruzados. La madre pidió auxilio:
-Cuéntale un cuento Onelio -pidió-, Cuéntale, tú que eres escritor. Y Onelio Jorge Cardoso, esgrimiendo una cucharada de sopa, comenzó su relato:
- Había una pajarita que no quería comer la comidita. La pajarita tenía el piquito cerradito, y la mamita le decía: “Te vas a quedar enanita, pajarita, si no comés la comidita”. Pero la pajarita no hacía caso a la mamita y no abría su piquito??
Y entonces la niña lo interrumpió:
- Que pajarita de mierdita, opinó.
Eduardo Galeano, El libro de los abrazos
No hay comentarios:
Publicar un comentario