El amante acudió a la casa de la amada y llamó a la puerta.
- ¿Quién es? -preguntó una voz desde dentro de la casa.
- Soy yo.
- No estás preparado para verme. Ve al bosque y medita durante un año. Vuelve después.
Tras un año de intensa meditación, el amante volvió a la casa de la amada y llamó a la puerta.
- ¿Quién es?
- Soy tú -dijo el amante.
- En ese caso entra, querido mío, porque no hay lugar aquí para dos yoes.
FUENTE: PSINERGIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario