Si eres una persona que ama la soledad y vives solo en tu casa, es probable que te hayas acostumbrado a ser la persona por la que más te preocupas. Quizás, en estos momentos incluso estás poniendo en la balanza las ventajas que supone la soledad frente a las que tendría una vida compartida.
En ella seguro que pones a un lado elegir tus planes, no dar explicaciones o poder tomar decisiones instantáneas; en el otro, la seguridad que te daría tener un apoyo incondicional, la necesidad de bienestar que emana del hecho de compartir o el hecho de poder delegar alguna de las responsabilidades domésticas.
Hay personas para las que esta soledad cotidiana será una situación transitoria y otras que la elegirán para siempre. Lo mejor, seas de un grupo u de otro, es que tú situación sea la que elijas no una a la que te tengas que amoldar porque no tienes la oportunidad de vivir de otra forma.
VÍA LA MENTE ES MARAVILLOSA
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