miércoles, 22 de junio de 2016

¿Estás demasiado GORDO/A para la Ascensión Espiritual?


El título de este artículo no es sólo un medio de llamar la atención. Desafortunadamente, si tu peso te hace sufrir, entonces estar demasiado gordo/a detendrá o hará más lento tu proceso de Ascensión. Pero esto es algo que se puede arreglar, no importa cuál sea el problema. Y la solución no es, como se podría pensar, perder peso. Todo lo que debes hacer es volver a conectar con tu cuerpo físico.
Cuando empezamos a conectarnos con nuestro cuerpo físico, es muy habitual realizar juicios durante todo el proceso; y, a menudo, los juicios no son positivos. Pero nuestro objetivo es ser capaces de conectar con nuestro cuerpo, recibir de él la información que necesitamos, y volvernos Uno con él, sin hacer comentarios.
Nuestro cuerpo es más que nuestro Templo. Es una parte integral de nosotros mismos. No es un traje que nos ponemos para una vida insignificante, que nos quitamos al morir, y que por eso carece de importancia. Es, de hecho, nuestra propia creación. Es la manifestación física de nuestro ser, nuestra alma, nuestro espíritu y nuestra parte Divina. Forma parte de nosotros tanto como nuestra mente, nuestro cuerpo espiritual, nuestro ego y nuestras emociones. Y es la parte más importante para existir en el plano físico terrestre. Sin él, no seríamos capaces de existir aquí, ni tener ninguna capacidad o forma. Sí, podríamos movernos por los diferentes planos de la Tierra sin un cuerpo físico, e incluso ahora lo hacemos, pero en el plano físico y en nuestra vida cotidiana, no es posible existir sin el cuerpo físico.
Nuestro cuerpo físico no es un enemigo. Ni tampoco un amigo. Es nuestra creación. Y así, espera de nosotros alimento, protección, información y amor. A cambio, él nos ofrece información sobre todo lo que hacemos aquí en la Tierra. Es, con mucho, el más sensible y sabio de nuestros cuerpos cuando se trata de darnos información imparcial sobre todo lo que experimentamos. Es también el conducto perfecto para dar expresión a nuestras creaciones terrenales. Es lo que sostiene la brocha si eres un pintor/a, o hace clic en el teclado, si eres escritor/a. Sin él, no tendríamos una voz física, no podríamos disfrutar de la belleza de una puesta de sol, o sentir la cálida piel de nuestro/a amante.
Nuestro cuerpo físico es nuestro bien más preciado, y la única expresión física que realmente podemos considerar como nuestra.
A menudo, secuestrado por el ego, nuestro cuerpo físico ha pasado por momentos difíciles en la sociedad actual. Lo castigamos, lo juzgamos, lo matamos de hambre o lo atiborramos, lo usamos para ganar o lo culpamos al perder.
Es demasiado gordo, demasiado delgado, demasiado alto, demasiado bajo, demasiado peludo, demasiado calvo, demasiado claro, demasiado oscuro. ¡Y mira esas piernas! ¡Y esa cintura! Esta parte es demasiado grande, ésta demasiado pequeña; si yo fuera un nativo americano los grupos New Age me tomarían en serio; si yo fuera blanco la sociedad blanca me tomaría en serio. Si esto fuera diferente, yo sería capaz de tener éxito, de ser amado, de ser atractivo, de encontrar mi alma gemela, de ser alguien, de dar mi mensaje y que éste fuera escuchado...
Y lo irónico es que nuestro cuerpo es nuestro dispositivo de comunicación más poderoso. Sea lo que sea que estemos sintiendo o pensando, eso se refleja perfectamente en nuestro cuerpo. Así, por ejemplo, si tienes un gran mensaje para dar, pero sientes que eres demasiado calvo para hacerlo, ¿sabes que pasará? Cuando llegues a esa tarima y empieces a hablar, la gente primero escuchará tu mensaje, luego empezará a mirar tu cabeza calva y pensará: “¿Qué autoridad crees que tienes, si ni siquiera tienes un buen aspecto? Y esto es porque bajo tu mensaje está la ansiedad de ser calvo y de no ser tomado en serio por ello. Tu cuerpo lo va a expresar llamando la atención hacia la cabeza calva de diversas maneras: Tu tono de voz reflejará incertidumbre y sobre tu imagen habrá una flecha, grande y brillante, señalando tu calva.
Sí, nuestro cuerpo es nuestro mayor dispositivo de comunicación y de conexión, pero la mayoría de nosotros está total y absolutamente desconectada de él y es incapaz de oír sus gritos.
Nuestro cuerpo nos habla todo el tiempo, pero apenas lo oímos.
Pero todo esto va a cambiar porque el cuerpo físico es nuestra mayor y más importante herramienta de Ascensión.
Un ejercicio muy simple y eficaz que puedes empezar a practicar inmediatamente es el siguiente:
Dite a ti mismo/a: “Deseo volver a conectar con mi cuerpo de una manera amorosa y saludable."
Repítelo tantas veces como sea posible durante las próximas semanas.
Traducción: Romina Solís
INELIA BENZ
ascension101.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario