La conciencia es lo único que te sacará de donde estás. Pararte en un lugar de empoderamiento exige que te des cuenta de los lugares de víctima en los que te sostienes encarnizadamente. Y una de los peores cosas que puedes hacer es lucir las “medallas” de tus infortunios: los terribles padres que tuviste, los abusos que sufriste, el cónyuge que te humilla, los hijos que no consideran tus sacrificios, el trabajo degradante que tienes, el país miserable en que vives, las carencias que aguantas, etc., etc., etc.
Escucha atentamente: TÚ CREASTE TODO ESO. ESTE ES TU MUNDO. ¿No te gusta alguna cosa? CREA OTRA. Así como hiciste lo anterior, conciente o inconcientemente, haz algo diferente, ahora concientemente. Revisa tus actitudes. Deja de lamentarte. Pon manos a la obra, con alegría y entusiasmo. Poco a poco, todo cambiará.
LAURA FOLETTO
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