martes, 5 de mayo de 2015

LAS CICATRICES TAMBIÉN MERECEN SER ACARICIADAS

 


Las cicatrices también merecen ser acariciadas. Son la muestra de grandes batallas ganadas.
Invariablemente ser humano, también quiere decir, llevar consigo cicatrices. Es decir, las huellas de los pasos dados, recuerdos que en su momento dolieron, momentos que de un modo u otro fueron superados. Batallas ganadas.
Y lo único que puede convertir en perfectos todos esos instantes es tu mirada. No te hablo aquí de ser aprobada por las demás personas, ni siquiera tu papá, tu mamá, tu abuela o tu tío. Hablo de acariciar, honrar, besar, aprobar, aceptar, amar........ MIRAR con bondad toda tu vida. De comprender que cada trocito de ella ya pasó, y que sencillamente estuvo bien. Como haya sido. Pasó. Ya no te detienes en ello. Lo que suceda ahora va por tú cuenta, lo que suceda ahora en mi vida, va por la mía, por mi cuenta.
Y reconozco que a veces, la memoria genera tanto dolor, que es prácticamente imposible decirnos TE AMO. Pero la vida es bella, y hay una amorosa solución para ello. Aprueba eso. Apruébalo. Sí. Aprueba que no te amas. Eso es otra manera de amarte.
¿No lo ves como yo?
Respetable. Y Grandioso. Crea caminos. Así que TAMBIEN apruébate por ello. Son percepciones llegando!
Si lo notas, todo en la vida tiene que ver con mirar, que es poner el alma en la percepción, con aprobar, que es otra manera de acariciar lo que fue, lo que es.
Gracias por leerme.
VIVI CERVERA

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