Hace unas semanas una amiga, cuya especialidad no es la Astrología, tuvo la delicadeza de estar presente en una charla que di, aviniéndose gentilmente a escucharme hablar durante una hora y media sobre el planeta Marte como significador universal de creatividad.
Al terminar salimos juntas y en compañía de otros amigos para tomar un café, cuando ella advirtió que su auto no estaba en el lugar donde lo había dejado, así que luego de llamar a la Policía fue a buscarlo al garage municipal donde se depositan los automóviles mal estacionados.
Hace pocos días me contó algo que se había reservado: en la fila de la caja para pagar la multa vio a una pareja joven en ventanilla, ambos muy preocupados, mientras el cajero les decía que su tarjeta no tenía fondos. La chica se puso a llorar ante lo que mi amiga se les acercó y les preguntó de dónde eran. Le contestaron que vivían en La Plata y no llevaban dinero efectivo para pagar un pasaje en micro desde Buenos Aires. Ese Sol que es mi amiga les ofreció entonces pagar su multa si ellos se comprometían a devolverle el monto, lo que tuvo por respuesta un “¡¡Sí! Por supuesto señora!!.”
Pagó entonces la multa de los chicos y la suya propia y se despidieron luego de intercambiar sus números de celulares.
Al día siguiente la chica la llamó para decirle que no tenían dinero en ese momento pero le iban a pagar a fin de mes. Efectivamente sobre el final del mes la volvió a llamar para combinar encontrarse.Mi amiga le propuso que no se costearan hasta Buenos Aires porque podían hacer un depósito en su cuenta bancaria pero la chica le dijo que ella y su marido querían verla.
Así fue que se encontraron a tomar un café que ellos invitaron y no sólo le devolvieron el dinero sino que le llevaron un ramito de flores diciéndole “Usted fue un ángel que nos ayudó en un momento en que estábamos desesperados”.
Al contármelo mi amiga concluyó: “¿Viste Moni? El Universo decidió que estuviera ahí para ayudarlos en ese momento así que fue necesario que estacionara mal y para eso tenía que estar presente en tu charla”.
“Sí” –le contesté- “Y te cuento que la fecha se adelantó porque iba a ser una semana después”.
Una historia sobre ángeles y … ¿por qué no? también poetas, porque estos simples episodios nos revelan que la vida, según cómo la transitemos, puede ser tan gratificante como leer poesía.
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