"La gente reza como resultado de su infelicidad. Rezan porque son infelices, y piensan que a través de la oración serán capaces de salir de esa infelicidad. Como mucho, ese tipo de oración les podrá ayudar a consolarse, pero no les podrá ayudar a salir de la infelicidad. Se acomodarán y acostumbrarán a esa infelicidad, eso es realmente peligroso. Las llamadas religiones funcionan de esa manera: te ayudan a acostumbrarte a todo tipo de infelicidad.
Por eso en Oriente puedes ver a la gente vivir todo tipo de sufrimientos sin rebelarse en absoluto, sin hacer ningún esfuerzo por mejorar su vida. A causa de su llamada religiosidad, se han adaptado a todo, se han olvidado por completo de que la vida puede ser diferente. Han aceptado la vida tal como es.
Esta no es una buena situación: impide el desarrollo. De ahí que yo nunca recomiende la oración cuando uno es infeliz. La oración se debe hacer sólo cuando eres alegre, dichoso, cuando puedes danzar y cantar, cuando te puedes regocijar. Entonces la oración es un gran salto a lo desconocido porque te ayuda a confiar en la existencia. La oración es confianza. Es una relación amorosa con la totalidad, una relación amorosa con los árboles, las estrellas, las montañas y todo lo que existe".
Osho, Meditaciones para empezar el día
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