sábado, 5 de febrero de 2022

NACER CON LIBRE ALBEDRÍO (CONNY MÉNDEZ)

 


Nacer con libre albedrío significa haber sido creado con el derecho individual de escoger. Esco­ger ¿qué? El pensar negativa o positivamente. Pesi­mista u optimistamente. Pensando lo feo y lo malo —qué produce lo feo y lo malo— o pensando lo bueno y bello, que produce lo bueno y bello en lo exterior o interior.
La Metafísica siempre ha enseñado que lo que pensamos a menudo pasa al subconsciente y se es­tablece allí actuando como reflejo. La psicología moderna, al fin, lo ha "descubierto".
Cuando el ser humano se ve envuelto en los efectos de su ignorancia, o sea que se ha produ­cido él mismo una calamidad, se vuelve hacia Dios y le suplica que lo libre del sufrimiento.
El hombre ve que Dios le atiende a veces y que otras veces, inexplicablemente no atiende. En este último caso es cuando sus familiares lo con­suelan diciéndole que "hay que resignarse an­te la voluntad de Dios". Es decir, que todos dan por sentado que la voluntad del Creador es mala Pero al mismo tiempo, la religión ense­ña que Dios es nuestro Padre. Un Padre Todo Amor Bondad, Misericordia. Todo Sabiduría y Eterno ¿ Estás viendo cómo no concuerdan estas dos teorías? Te parece de sentido común que un padre todo amor, e infinitamente sabio, pueda sen­tir Y expresar mala voluntad hacia sus hijos? Nosotros, padres y madres mortales, no sería­mos jamás capaces de atribular a ningún hijo con los crímenes que le atribuimos a Dios! ¡Noso­tros no seríamos capaces de condenar a fuego eterno a una criatura nuestra, por una falta natural de su condición mortal, y consideramos que Dios es capaz! Es decir, que sin que nos demos cuenta clara de ello, le estamos atribu­yendo a Dios una naturaleza de magnate ca­prichoso, vengativo, lleno de mala voluntad, pendiente de nuestra menor infracción para atestarnos castigos fuera de toda proporción!
Es natural pensar así cuando nacimos, vivi­mos ignorando las reglas y las leyes básicas de la vida.
Ya dijimos la razón de nuestras calamidades. Las producimos con el pensamiento. En esto es que somos "imagen y semejanza" del Creador. Somos creadores. Los creadores, cada cual, de su propia manifestación

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