Julio Bevione
Desaceleremos el ritmo del cuerpo para que nuestra mente haga lo mismo.
En algún momento del día, caminemos más lentamente. Seamos más suaves en nuestra manera de expresarnos y más conscientes de todo lo que hacemos. De todo, de cada paso.
Y al desacelerarnos, llevemos la atención de todo lo que nos rodea a nosotros mismos. Nos podemos observar con más claridad cuando vamos lentos.
Disfrutemos del sabor de cada bocado y de todos los sabores que iremos descubriendo en éste. Sintamos el cuerpo, su dolor y su bienestar. Parte por parte.
Si lo incorporamos como hábito, lograremos que nuestra mente se serene con más facilidad.
Desaceleremos, vayamos más lento.
Fuente: http://juliobevione.com
En algún momento del día, caminemos más lentamente. Seamos más suaves en nuestra manera de expresarnos y más conscientes de todo lo que hacemos. De todo, de cada paso.
Y al desacelerarnos, llevemos la atención de todo lo que nos rodea a nosotros mismos. Nos podemos observar con más claridad cuando vamos lentos.
Disfrutemos del sabor de cada bocado y de todos los sabores que iremos descubriendo en éste. Sintamos el cuerpo, su dolor y su bienestar. Parte por parte.
Si lo incorporamos como hábito, lograremos que nuestra mente se serene con más facilidad.
Desaceleremos, vayamos más lento.
Fuente: http://juliobevione.com
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