Dios jamás te da más de lo que puedes manejar y siempre está allí para apoyarte, no importa lo que estés viviendo. Lo que ocurre es que, de inmediato, emitimos un juicio de valor y le preguntamos al Universo: ¿Por qué yo?, en vez de decir: Gracias, Dios, por confiar en mí y darme esta oportunidad.
MABEL KATZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario