La existencia humana fluye esencialmente a través de la sincronía de dos energías fundamentales: La femenina y la masculina.
No es casualidad que la gestación de un ser humano suceda por la unión del óvulo -la célula primigenia femenina- y el espermatozoide -la célula primigenia masculina-. Lo que significa, que en la vida de todo ser humano, el equilibrio de estas dos energías representa el acceso a la plenitud existencial.
Para que una Mujer se abra a lo femenino consciente, es necesaria una nueva relación con el Mundo-Padre, el reino de la vida que contiene a los hombres y a lo masculino. Cuando una Mujer aclara y hace consciente la dinámica oculta que ha creado con el Mundo-Padre, transforma la raíz de todas sus relaciones con los hombres.
Es responsabilidad de cada Mujer trabajar la relación primaria con su Padre, hasta alcanzar la comprensión y el justo equilibrio de su contribución en la evolución de su ser, sin sobrevalorarlo ni rechazarlo. Pues ésta será la raíz que determinará los vínculos venideros con los hombres de su existencia, incluyendo aquella relación que nutre plenamente la vida: la relación de pareja.
La Mujer abierta a su feminidad consciente y reconciliada con lo masculino de su ser, es la Mujer que expresará su luz en plena totalidad.
@RedesLunarias
No es casualidad que la gestación de un ser humano suceda por la unión del óvulo -la célula primigenia femenina- y el espermatozoide -la célula primigenia masculina-. Lo que significa, que en la vida de todo ser humano, el equilibrio de estas dos energías representa el acceso a la plenitud existencial.
Para que una Mujer se abra a lo femenino consciente, es necesaria una nueva relación con el Mundo-Padre, el reino de la vida que contiene a los hombres y a lo masculino. Cuando una Mujer aclara y hace consciente la dinámica oculta que ha creado con el Mundo-Padre, transforma la raíz de todas sus relaciones con los hombres.
Es responsabilidad de cada Mujer trabajar la relación primaria con su Padre, hasta alcanzar la comprensión y el justo equilibrio de su contribución en la evolución de su ser, sin sobrevalorarlo ni rechazarlo. Pues ésta será la raíz que determinará los vínculos venideros con los hombres de su existencia, incluyendo aquella relación que nutre plenamente la vida: la relación de pareja.
La Mujer abierta a su feminidad consciente y reconciliada con lo masculino de su ser, es la Mujer que expresará su luz en plena totalidad.
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