sábado, 22 de junio de 2013

TODO, NADA Y LAS DOS COSAS...♥


Cuentan en “La oración de la rana”, libro famosísimo de Anthony de Mello que un hombre acudió a un psiquiatra y le dijo que todas las noches se le aparecía un dragón con doce patas y tres cabezas, que vivía en una tremenda tensión nerviosa, que no podía conciliar el sueño y que se encontraba al borde del colapso. Que incluso había pensado en suicidarse.

“Creo que puedo ayudarle”, le dijo el psiquiatra, “pero debo advertirle que nos va a llevar un año o dos y que le va a costar a usted tres mil dólares”.

“¿Tres mil dólares?”, exclamó el otro. “¡Olvídelo! Me iré a mi casa y me haré amigo del dragón”.


¿Qué le hace falta a tu vida? Si pudieras decírmelo en tres palabras ¿cuáles serían? Eso es lo que le cuestionaba a una persona en una sesión y me sorprendí cuando me dijo: “TODO, NADA Y LAS DOS COSAS.

En síntesis –continuaba- me siento desubicada, sin saber qué hacer o para dónde voltear, sin saber si lo que estoy haciendo es lo correcto, si la ciudad en donde estoy es donde realmente quiero vivir. No encuentro mucho sentido a lo que hago. Y aunque vivo con cierto tipo de alegría, al final de la noche me encuentro vacía”.

El ejemplo de María (por ponerle un nombre) es el de muchas personas que no están viviendo la vida que desean y que aunque no necesariamente están en una depresión profunda, en extrema pobreza o al borde de la muerte tampoco han llevado su vida al nivel que desean y se merecen. Viven al día, disfrutan hasta donde pueden pero tampoco existe un sentido de trascendencia auténtico o una conexión con su felicidad.

Esto sucede por un principio fundamental que lo constato a diario: Sólo se puede vivir desde el amor o desde el miedo.

DAVID MONTALVO

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