Tras la muerte, somos libres. Libres de regresar al plano espiritual donde nos originamos, libres de crear nuestra propia realidad. Pero esa libertad puede ser una trampa. Muchos no son libres en lo más profundo. Están aprisionados por creencias rígidas sobre lo bueno y malo, la vida y la muerte, y lo que sucede tras la muerte. Otros no están tan apegados a determinadas creencias, pero sí a emociones y deseos, como las adicciones, la ira, o sentimientos de inferioridad.
El plano astral es, entre otras cosas, la creación conjunta de todas esas personas. Es un plano social de existencia en el que todos esos pensamientos de miedo, ilusión y deseo toman forma instantáneamente. Si tenemos muchos pensamientos sombríos, podríamos encontrarnos en un territorio desolado y gris. Ese territorio refleja nuestro estado interior. La gente permanece en el plano astral hasta que la llamada de su alma se hace tan fuerte que abandonan las ilusiones y ascienden al plano espiritual o, si eso no fuera posible, retirarse a dormir y volver a encarnarse.
Por ejemplo: si alguien piensa que llegará a una "ciudad dorada" después del momento de su muerte, donde la gente caminará exaltando y alabando a Dios, entonces ahí será donde lleguen, esa persona y otras que crean lo mismo. Al comienzo, serán felices allí; creerá estar en el cielo. Pero, en algún momento, la vida se les hará aburrida y monótona; la "ciudad dorada" se transformará en una prisión. Gracias a esta experiencia, se abre un espacio interno en el que la voz del alma, la voz de la verdad, podrá escucharse de nuevo. Gradualmente, tendrá lugar un despertar y la ilusión astral de la "ciudad dorada" será desechada.
El plano astral está repleto de "cielos" de personas con convicciones fundamentalistas. Cuanto más fuertes sean estas convicciones, más tiempo les llevará escuchar la llamada de su alma. Pero no sólo hay "cielos" en el plano astral; algunas personas crean su propio "infierno". Alguien con un marcado sentido de inferioridad podría encontrarse en un sitio yermo y solitario que refleja sus sentimientos. Como antes, podría necesitar bastante tiempo antes de que esa persona permita que su Luz interior emerja.
En resumen, el plano astral es el sitio de reunión de aquellos que aún no se han abierto a la voz de sus almas. Como sus convicciones no están arraigadas en la sabiduría del alma, crean su propia prisión basándose en esas convicciones.
VÍA TRABAJADORES DE LA LUZ
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